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Mensajes de la santísima Virgen María Reina de la Paz, Medjugorje, Bosnia & Herzegovina


Mensajes de la santísima Virgen María Reina de la Paz, Medjugorje, Bosnia & Herzegovina dados el día 25 de cada mes a la vidente
MARIJA PAVLOVIC - LUNETTI

Año 1997

MARIJA PAVLOVIC - LUNETTI

25 de enero de 1997
“¡Queridos hijos! Los invito a reflexionar sobre su futuro. Ustedes están creando un mundo nuevo sin Dios, solamente con sus propias fuerzas y por eso no están contentos y no tienen alegría en el corazón. Este tiempo es mi tiempo y por eso, hijitos, los invito nuevamente a orar. Cuando encuentren la unidad con Dios, sentirán hambre de la palabra de Dios y sus corazones, hijitos, desbordarán de alegría y darán testimonio del amor de Dios dondequiera que estén. Los bendigo y les repito que estoy con ustedes para ayudarlos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de febrero de 1997
“¡Queridos hijos! También hoy los invito de manera especial a abrirse a Dios, el Creador, y a volverse activos. Los invito, hijitos, a que, en este tiempo, vean quién necesita de su ayuda espiritual o material. A través de su ejemplo, hijitos, ustedes serán las manos extendidas de Dios que la humanidad busca. Solo de este modo comprenderán que ustedes están llamados a dar testimonio y a convertirse en alegres portadores de la palabra y del amor de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de marzo de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito de manera especial a tomar la cruz en sus manos y a contemplar las llagas de Jesús. Pídanle a Jesús que sane sus heridas, las que ustedes, hijitos, han recibido en el transcurso de su vida por causa de sus pecados o debido a los pecados de sus padres. Solo así comprenderán, hijitos, que el mundo necesita la sanación de la fe en Dios Creador. A través de la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz, comprenderán que solo por medio de la oración, también ustedes podrán convertirse en auténticos apóstoles de la fe, al vivir en sencillez y oración la fe que es un don. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de abril de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a unir su vida a Dios Creador, porque solo así su vida tendrá sentido y comprenderán que Dios es amor. Dios me envía a ustedes por amor, para ayudarlos a comprender que sin Él no hay futuro ni gozo, y sobre todo, no hay salvación eterna. Hijitos, los invito a dejar el pecado y a aceptar la oración en todo tiempo, para que en la oración puedan llegar a conocer el sentido de su vida. Dios se dona a quién lo busca. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de mayo de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a glorificar a Dios. Que el Nombre de Dios sea santo en sus corazones y en sus vidas. Hijitos, cuando están en la santidad de Dios, Dios está con ustedes y les da la paz y el gozo, que vienen de Dios solo a través de la oración. Por eso, hijitos, renueven la oración en sus familias y sus corazones glorificarán el santo Nombre de Dios y el Paraíso reinará en sus corazones. Estoy cerca de ustedes e intercedo ante Dios por ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de junio de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy estoy con ustedes de un modo especial y les traigo mi bendición maternal de paz. Oro e intercedo por ustedes ante Dios, para que comprendan que cada uno de ustedes es portador de paz. No pueden tener paz, si su corazón no está en paz con Dios. Por lo tanto, hijitos, oren, oren, oren, porque la oración es el fundamento de la paz de ustedes. Abran su corazón y denle tiempo a Dios, para que Él sea su amigo. Cuando se crea una verdadera amistad con Dios, no hay tempestad que la pueda destruir. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de julio de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a responder a mi llamado a la oración. Deseo, hijitos, que durante este tiempo encuentren un rincón para la oración personal. Deseo guiarlos hacia la oración con el corazón. Solo así comprenderán que sin la oración vuestra vida es vacía. Ustedes descubrirán el sentido de la propia vida, cuando descubran a Dios en la oración. Por eso, hijitos, abran las puertas de su corazón y comprenderán que la oración es alegría, sin la cual no pueden vivir. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de agosto de 1997
“¡Queridos hijos! Dios me da este tiempo como un regalo para ustedes, a fin de que yo pueda instruirlos y guiarlos por el camino de la salvación. Hijitos, ahora no comprenden esta gracia, pero pronto llegará el tiempo en que se lamentarán por la ausencia de estos mensajes. Por eso, hijitos, vivan todas las palabras que les he dado durante este tiempo de gracia y renueven la oración, hasta que la oración se convierta en gozo para ustedes. Invito especialmente a todos los que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado, a que lleguen a ser ejemplo para los demás. Invito a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas a rezar el Rosario y a enseñar a rezarlo a los demás. El Rosario es para mí, hijitos, algo especialmente querido. Por medio del Rosario, ábranme su corazón y entonces podré ayudarlos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de septiembre de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a que comprendan que sin amor no pueden entender que Dios debe estar en el primer lugar en su vida. Por eso, hijitos, los invito a todos a amar, no con amor humano, sino con el amor de Dios. Así su vida será más hermosa y no interesada. Comprenderán que Dios se da por amor del modo más sencillo. Hijitos, para que puedan comprender mis palabras, que les doy por amor, oren, oren, oren y así podrán aceptar con amor a los demás y perdonar a todos aquellos que les han hecho daño. Respondan con oración; la oración es el fruto del amor hacia Dios Creador. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de octubre de 1997
“¡Queridos hijos! También hoy estoy con ustedes y a todos los invito a renovarse viviendo mis mensajes. Hijitos, que la oración sea vida para ustedes y sean un ejemplo para los demás. Hijitos, deseo que lleguen a ser portadores de la paz y del gozo de Dios en el mundo de hoy, que no tiene paz. Por eso, hijitos, ¡oren, oren, oren! Yo estoy con ustedes y los bendigo con mi paz maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de noviembre de 1997
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a que comprendan su vocación cristiana. Hijitos, los he guiado y los estoy guiando a través de este tiempo de gracia, para que lleguen a ser conscientes de su vocación cristiana. Los santos mártires morían dando testimonio: ¡Soy cristiano y amo a Dios por sobre todas las cosas! Hijitos, también hoy los invito a regocijarse y a ser cristianos llenos de gozo, responsables y conscientes de que Dios los ha llamado de manera especial para que, llenos de alegría, sean las manos extendidas hacia aquellos que no creen y para que, con vuestro ejemplo de vida, ellos reciban la fe y el amor hacia Dios. Por eso, oren, oren, oren para que vuestro corazón se abra y se haga sensible a la palabra de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

25 de diciembre de 1997
“¡Queridos hijos! También hoy me alegro con ustedes y los invito al bien. Deseo que cada uno de ustedes medite y lleve la paz en su corazón y diga: ¡Yo deseo poner a Dios en el primer lugar en mi vida! De esta manera, hijitos, cada uno de ustedes llegará a ser santo. Hijitos, digan a cada uno: Yo te deseo el bien y él ha de responder con el bien, y el bien, hijitos, habitará en el corazón de cada hombre. Esta tarde, hijitos, les traigo el bien de mi Hijo, que dio su vida para salvarlos. Por eso, hijitos, alégrense y extiendan las manos a Jesús, que es solo bien. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

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